A Bullet in the Head
domingo, 10 de abril de 2011
"Mensajes típicos de un foro de internet"
jueves, 31 de marzo de 2011
Hypnos y Thánatos [Fucking Pure Abstraction]
Pero nada dura para siempre, ni siquiera los silencios. De alguna forma, desde aquellos dos rutinarios pero especiales dos pasos que dió, él sabía que aquella máquina de escribir le estaba mirando. Por primera vez desde su muerte, la que hasta ahora había sido su segundo amor, su máquina de escribir, le estaba rogando por favor que la escuchase. Que la amase, que escribiese.
Se sentó, seguro de que la razón de haber postergado este momento no había sido pura casualidad sino causalidad, algo o alguien había querido que enfriase su alma. Quizá para soportar la carga que soponía tal cosa.
Escribió. Escribió sin pedir permiso al alma y lloró sin lágrimas, como hacen los buenos escritores, todo el insoportable peso de aquellas semanas, aquellos días, aquellos minutos. Escribió sobre lo que creyó ser un día, alguien fuerte e independiente del resto del mundo. Alguien con sueños. Nueva York, Barcelona, Madrid, Los Ángeles. Todo retumbaba en sus dedos como escenarios que si bien seguían esperándole, jamás serían admirados por él. Lloró por aquellos libros que jamás escribiría, y que nadie leería, ni siquiera esa amiga suya que tanto le animaba. Lloró por su mejor amigo. Escribió porque se deshacía en pedazos sin vuelta atrás. Por todo el abandono al que había sumido al mundo, y al que el mundo lo había sumido a antojo de venganza.
Cuando acabó, y sin apenas sentir el tránsito entre la vida y la fantasía, dormía como quien duerme por primera vez en la vida. Cuando despertó, cada palabra que hubiese dibujado la noche anterior, se antojaba desordenada dentro de unas hojas que gritaban ser destruidas. Ya lo había escrito. Ya se lo haría llegar. Tomó el coche y se dirigió al pueblo que construyó a aquel chico lleno de motivaciones. Tan pronto asomaba el horizonte, un mar que desafiaba la cercanía entre dos continentes tan hermosos, sonrió inevitablemente. Ni siquiera reparó en visitar a sus padres, quizá el más castigable de los abandonos. Fue directo a la playa, corrían las 6. Allí, se deshizó de cada página, asegurándose de que el mar las alejase de él lo suficiente para olvidar cada sílaba. Sabía que no lo haría. Justo al atardecer, el cielo cobró un color Ámbar, que devolvió su recuerdo a su mente con ironía, como si hubiese dejado de recordarla en algún momento.
Dicen que Tánatos, la muerte suave y silenciosa, era el objeto de envidias de su hermano pequeño, Hipnos, el sueño. Quizá por ello, envidia, tal vez para protegernos de él, Hipnos a veces nos visita para evitar que Tánatos haga honra de su presencia en nuestras vidas. Porque dormir no es lo mismo que morir. De algunos lugares se vuelve, de otros no. Hipnos se fue, y quedó la realidad. No hubo ninguna muerte, ni dolor, ni abandono. No hubo máquina de escribir, ni siquiera hubo ático. Todo fue un juego de Hipnos proyectado en un cerebro que jamás olvidaría la vida que en sueños casi rozó, pero le fue arrebatada en el mismo. Ahora recordaba, que aún seguía sentado en el cuarto piso de su asfixiante casa, mirando de reojo la presencia del último libro que apenas minutos acababa de leer. Un gran libro. Inspiración. Pues a veces te sumerges tanto en una historia, sea en libros, sea de la mano de Hipnos, que se te hace díficil tarea creer que nunca existió.
martes, 29 de marzo de 2011
How to: Hacer una partida de rol [Blogreportaje]
lunes, 28 de marzo de 2011
Cosas que uno va leyendo I /// 1984
martes, 22 de marzo de 2011
Midless III / Big Crunch
No sé cuanto tiempo pasó, pero se que permanecí sentado en el suelo del pasillo durante bastante tiempo en un estado de seminconsciencia. Por lo que mas tarde me dijeron estaba totalmente pálido, e incluso sospecharon que estuvieran drogado, pero cuando mas tarde vino la policía, me hicieron unas preguntas y una serie de pruebas. Di negativo en todo, y la policía me dejó "marchar".
Un par de horas después, me encontraba en la cama de la habitación de otro amigo, Andy. No era capaz de dormir y me levanté de la cama, vagabundeando erráticamente por la habitación.
-"¿Te encuentras bien?" Me preguntó Andy preocupado.
-"Si, tranquilo" -le dije- "Creo que voy al baño a refrescarme un poco"
-"Vale, si necesitas cualquier cosa avisame. Voy a intentar dormir un poco, esta ha sido una noche de locos..." Me respondió él, poco antes de meterse en la cama bajo varias capas de sábana.
Salí al pasillo, y me dirigí directo al baño. Sentía muchísimo calor, probablemente tuviera algo de fiebre. Abrí de un golpe la puerta del baño y comenzé a llenarme la cara y el pelo con el agua que salía del grifo La verdad, en aquellos momentos no tenía la mas mínima gana de ducharme tras lo que había pasado, aunque sabía me hacía falta una ducha urgente.
Unos minutos despues estaba de nuevo en el pasillo. Algo no andaba bien. Comenzaba marearme. Estuve a punto de caer redondo en el suelo cuando conseguí algo de equilibrio apoyandome en una pared. Acto seguido, conseguí sentarme en el suelo como buenamente pude. Comencé a pensar.
¿Que demonios le había pasado a Ray? ¿Quien habría querido matarlo?
Esto no tiene ningún sentido -me dije-. Tras reflexionar unos minutos decidí entrar en mi habitación e investigar por mi mismo. Se que fué una locura, sabía que podría alterar la escena del crimen, podría estropear pruebas cruciales, podrían encontrarme allí, y pasar de testigo o sospechoso de segundo al inmediato estado de sospechoso principal. Tambien se probablemente nada de esto hubiera empezado si no hubiera tomado aquella decisión.
Me dirigí silenciosamente a la habitación, y gracias a mi práctica llegando sileciosamente a altas horas de la madrugada, conseguí entrar en la habitación evitando unas de esas cintas de "DO NOT PASS" sin levantar el mas mínimo ruido. Me encontré de golpe y sin esperarlo la silueta de mi, hasta hace unas horas, amigo y compañero de habitación. Tras unos segundos de indecisión comencé, cual miembro del CSI, a registrar delicadamente la habitación. Armarios, cajones, bolsas, nevera... nada. No encontré nada que no esperase ver allí. Resignado, decidí que ya había jugado demasiado a ser detective y me dispuse a volver a la cama. De pronto algo llamó mi atención.
Algo, detras de la cama, emitía un -casi imperceptible- brillo inusual. Tras acercarme un momento, pude comprobar que se trataba de una especie de collar. Era de un extraño material, de color plateado, aunque sus verdes destellos lo hacía parecer de un extraño tono verdoso. Al tacto parecía bastante frío, aunque al paso de unos segundos junto a mi piel esa sensación de frío desapareció. Todo el collar tenia un labrado bastante simple, pero en la parte delantera tenía grabado, en un óvulo metálico, una especie de estrella de brazos alargados con algo que parecía un ojo en llamas en el centro.
Por algún motivo, el mero hecho de verlo me estremeció. Me sentí algo perdido, como un niño que encuentra un mecanismo que no entiende, ajeno a su razón, y permanece una eternidad contemplandolo a la espera de comprenderlo súbitamente. Tras cogerlo, decidí llevarmelo puesto, pues posiblemente en caso de llevarlo puesto bajo mi camiseta nadie lo vería, y no levantaría sospechas
¿Que porque lo cogí?
Sinceramente; No recuerdo el motivo. Recuerdo que sentía la imperiosa necesidad de llevarmelo de allí y alejarlo de aquella habitación. El colgante me llamaba. Sentía cómo mi fascinación por él crecía a medida que lo observaba.
Salí de la habitación tal y como entré, sin levantar el mas mínimo ruido, y me dirigí, con una extraña sonrisa en los labios a dormir de una vez. Eran demasiadas aventuras para un día como éste.
Entonces yo no lo sabía, pero en ese momento algo despertó en mi interior. Aún sigo pensado como cambió eso mi vida. No podeís imaginar cuanto.
lunes, 21 de marzo de 2011
Mindless II / Cogito Ergo Sum
sábado, 19 de marzo de 2011
Mindless I / Todo cabe y nada empieza
Me llamo Álex, y supongo que la mayoría de la gente me ve como a una persona normal. Una de esas personas comunes con quien podrías cruzarte en un paso de peatones y no le dedicarías mas que un vistazo.
Nunca he sido especialmente espabilado o popular, ni tampoco muy guapo. Por otra parte, se que en todas aquellas cosas en las que me intereso lo suficiente, consigo una facilidad asombrosa para ponerlas en práctica.
Si te cruzaras conmigo por la calle, verías a un chaval de unos 17 años, con el pelo rubio (yo siempre he pensado que lo tengo rubio, aunque bastante gente dice que mas bien color castaño claro...) y un poco largo, vestido como otros tantos, con una camiseta, normalmente de algun grupo como Sum41 o Blink 182, vaqueros, unas zapatillas, y la mayoría del tiempo, con un skate encima.
Este año asisto a la Phoenix High School de Arizona. Antes de que empeceis a verme como un americano, tengo que deciros que soy español (Se que un yankee hubiera sido mejor protagonista, pero lo siento, soy de la Rioja). Hace unos 2 años mi padre se empeño en que debería labrarme un buen futuro y me obligó e insistió en que debería estudiar en una de las mejores escuelas preparatorias de EEUU. Desde entonces, vivo en una residencia de estudiantes junto con otros 400 alumnos.
Hoy, como otros tantos días, volvía del instituto hasta la residencia patinando. Fué entonces cuando me di cuenta de que algo andaba muy mal.