martes, 22 de marzo de 2011

Midless III / Big Crunch

Me desmayé.



No sé cuanto tiempo pasó, pero se que permanecí sentado en el suelo del pasillo durante bastante tiempo en un estado de seminconsciencia. Por lo que mas tarde me dijeron estaba totalmente pálido, e incluso sospecharon que estuvieran drogado, pero cuando mas tarde vino la policía, me hicieron unas preguntas y una serie de pruebas. Di negativo en todo, y la policía me dejó "marchar".

Un par de horas después, me encontraba en la cama de la habitación de otro amigo, Andy. No era capaz de dormir y me levanté de la cama, vagabundeando erráticamente por la habitación.


-"¿Te encuentras bien?" Me preguntó Andy preocupado.

-"Si, tranquilo" -le dije- "Creo que voy al baño a refrescarme un poco"

-"Vale, si necesitas cualquier cosa avisame. Voy a intentar dormir un poco, esta ha sido una noche de locos..." Me respondió él, poco antes de meterse en la cama bajo varias capas de sábana.


Salí al pasillo, y me dirigí directo al baño. Sentía muchísimo calor, probablemente tuviera algo de fiebre. Abrí de un golpe la puerta del baño y comenzé a llenarme la cara y el pelo con el agua que salía del grifo La verdad, en aquellos momentos no tenía la mas mínima gana de ducharme tras lo que había pasado, aunque sabía me hacía falta una ducha urgente.

Unos minutos despues estaba de nuevo en el pasillo. Algo no andaba bien. Comenzaba marearme. Estuve a punto de caer redondo en el suelo cuando conseguí algo de equilibrio apoyandome en una pared. Acto seguido, conseguí sentarme en el suelo como buenamente pude. Comencé a pensar.


¿Que demonios le había pasado a Ray? ¿Quien habría querido matarlo?

Esto no tiene ningún sentido -me dije-. Tras reflexionar unos minutos decidí entrar en mi habitación e investigar por mi mismo. Se que fué una locura, sabía que podría alterar la escena del crimen, podría estropear pruebas cruciales, podrían encontrarme allí, y pasar de testigo o sospechoso de segundo al inmediato estado de sospechoso principal. Tambien se probablemente nada de esto hubiera empezado si no hubiera tomado aquella decisión.

Me dirigí silenciosamente a la habitación, y gracias a mi práctica llegando sileciosamente a altas horas de la madrugada, conseguí entrar en la habitación evitando unas de esas cintas de "DO NOT PASS" sin levantar el mas mínimo ruido. Me encontré de golpe y sin esperarlo la silueta de mi, hasta hace unas horas, amigo y compañero de habitación. Tras unos segundos de indecisión comencé, cual miembro del CSI, a registrar delicadamente la habitación. Armarios, cajones, bolsas, nevera... nada. No encontré nada que no esperase ver allí. Resignado, decidí que ya había jugado demasiado a ser detective y me dispuse a volver a la cama. De pronto algo llamó mi atención.

Algo, detras de la cama, emitía un -casi imperceptible- brillo inusual. Tras acercarme un momento, pude comprobar que se trataba de una especie de collar. Era de un extraño material, de color plateado, aunque sus verdes destellos lo hacía parecer de un extraño tono verdoso. Al tacto parecía bastante frío, aunque al paso de unos segundos junto a mi piel esa sensación de frío desapareció. Todo el collar tenia un labrado bastante simple, pero en la parte delantera tenía grabado, en un óvulo metálico, una especie de estrella de brazos alargados con algo que parecía un ojo en llamas en el centro.

Por algún motivo, el mero hecho de verlo me estremeció. Me sentí algo perdido, como un niño que encuentra un mecanismo que no entiende, ajeno a su razón, y permanece una eternidad contemplandolo a la espera de comprenderlo súbitamente. Tras cogerlo, decidí llevarmelo puesto, pues posiblemente en caso de llevarlo puesto bajo mi camiseta nadie lo vería, y no levantaría sospechas


¿Que porque lo cogí?

Sinceramente; No recuerdo el motivo. Recuerdo que sentía la imperiosa necesidad de llevarmelo de allí y alejarlo de aquella habitación. El colgante me llamaba. Sentía cómo mi fascinación por él crecía a medida que lo observaba.

Salí de la habitación tal y como entré, sin levantar el mas mínimo ruido, y me dirigí, con una extraña sonrisa en los labios a dormir de una vez. Eran demasiadas aventuras para un día como éste.

Entonces yo no lo sabía, pero en ese momento algo despertó en mi interior. Aún sigo pensado como cambió eso mi vida. No podeís imaginar cuanto.


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